BLAS RUBIO GARCÍA.Profesor de Geografía e Historia
“El domingo, a las nueve de la noche, en la avenida de José Antonio, de Molina de Segura, cuando mayor era la afluencia de público que paseaba por aquel lugar, se registró un sangriento suceso, cuya víctima fue el farmacéutico de dicho pueblo y natural de Santomera don Joaquín Marquina Jiménez, de 33 años; que tenía establecida su farmacia en la misma avenida. A unos cien metros de ella, frente a la Cruz de los Caídos, fue agredido por Andrés Meseguer Ortiz, también de 33 años, barbero, establecido en el Pasaje de Alguazas, quien con una navaja de uso corriente le infirió una herida grave en el cuello.” (1)
Con el texto anterior comenzaba la noticia en la que el diario Línea, de Murcia, del 13 de mayo de 1952, daba conocimiento del crimen cometido dos días antes en Molina de Segura. La víctima fue el santomerano farmacéutico y poeta Joaquín Marquina, que ya llevaba establecido cinco años en esa localidad, donde se había granjeado la amistad y el aprecio de gran parte de la población. En Santomera, donde residía casi toda su familia y la mayor parte de sus amigos de toda la vida, causó una conmoción que duró mucho tiempo. Antes de entrar a conocer los motivos y circunstancias de tan terrible crimen, daremos noticia de la vida de Joaquín Marquina, unsantomerano singular, de carácter jovial y alegre que derrochaba simpatía a raudales; rendía culto a la amistad y dada su sensibilidad era un apasionado de lo bello de la vida, tanto que a veces producía la sensación de estar un poco “más allá”, como alejado de la realidad de cada día…Las cosas poco gratas las apartaba pronto de su horizonte mental; entendía la vida como puro poema, demostrando con sus actitudes que cuando la vida pierde poesía deja de ser vida, en palabras del cronista de Santomera Francisco Cánovas (2).
Joaquín Marquina Jiménez nació en Santomera el 29 de octubre de 1918, siendo bautizado por el cura Manuel Aliaga Hernández. El nombre elegido fue un homenaje a su tío Joaquín, veterinario de Santomera, casado con la maestra de escuela leonesa Alicia Valcarce Díaz. Era hijo de Antonio Marquina Campillo y de Ángeles Jiménez Ruiz conocidos como el Cascarilla y la Aperaora, de 32 y 26 años de edad, respectivamente, cuando él nació. Joaquín tenía cinco hermanos: Antonio, Francisco, María de los Ángeles, Amparo y Amado, de los que actualmente no queda ninguno vivo. La familia Marquina pertenecía a la pequeña burguesía de Santomera, no teniendo problema alguno para dar estudios a los hijos que decidieron hacer una carrera; su negocio, la tienda de ultramarinos más grande del pueblo y una panadería, daban de sobra para vivir holgadamente.
Además de su espíritu soñador, tenía una gran inteligencia y se entretenía llevando a cabo pequeños inventos. Sus profesores, como recordaban coetáneos suyos, decían que tenía unas condiciones extraordinarias para las ciencias y una sensibilidad y creatividad especial para la literatura. Acabó el bachillerato antes de cumplir los 18 años y no pudo comenzar a estudiar la carrera que había elegido, Farmacia, porque estalló la guerra civil que asoló España. Entre los grandes amigos de Joaquín estaba su primo Julián Andúgar, un año mayor que él, y perteneciente a una familia extremadamente pobre, por lo que para poder estudiar tuvo que hacerlo en distintos seminarios. Los dos compartían el gusto por la poesía, siendo Joaquín el que inició a Julián en esta faceta de la literatura.
En 1936, con apenas unos meses transcurridos de la guerra civil, se traslada a Rusia para hacer un cursillo intensivo de piloto de guerra, con aviones de caza de los llamados “Moscas”. En su primera acción fue derribado por un avión alemán, de los enviados por Hitler para ayudar a los sublevados, mientras iba ametrallando al avión que llevaba delante, un avión enemigo que no detectó lo ametralló por detrás, en el frente de Teruel. Llevó a cabo un aterrizaje de emergencia en una zona controlada por sus oponentes del bando nacional (3). Salió del hospital con la cadera fracturada y pérdida total de visión en ojo. En la pierna llevaba afectada una suela de cinco centímetros, a pesar de lo cual cojeaba.
Salvador García Jiménez, escritor ceheginero, en una investigación colosal que hizo sobre los orígenes de Federico García Lorca, publicada con el título de La sangre desgranada de Federico García Lorca (1888-1998) (4), dedica un par de capítulos, muy cortos, a Julián Andúgar y a Joaquín Marquina, en los que con una prosa excepcional y una imaginación y creatividad desbordantes , además del fruto de una tenaz investigación en archivos históricos sobre el proceso que los llevó a la cárcel, fabula sobre la posible coincidencia de Federico, Julián y Joaquín en prisión, aportando numerosos datos reales sobre la vida de los poetas santomeranos.
Por Salvador García (5) sabemos que Joaquín fue acusado en juicio celebrado en San Javier de ser militante de Unión Republicana, requisar máquinas de coser a personas de derechas, por arengar a los jóvenes de Santomera a que se alistaran en el ejército rojo y, sobre todo, por haber hecho el curso de piloto en Rusia por el que fue promovido en 1938 a Sargento Piloto. El Consejo de Guerra Permanente de la Aviación lo condenó a 12 años y un día de prisión. Su padre y su hermano, militantes de la izquierda local, también fueron condenados. El primero era directivo local de Izquierda Republicana, el partido de Manuel Azaña, y estuvo poco tiempo en prisión. Su hermano Antonio, de 26 años, abogado, primero militante de JJSS, de la UGT y, finalmente del PCE, fue condenado a 30 años (6). Familiares de Julián me hacen saber que los tres cumplieron condenas menores de a las que fueron condenados porque fueron indultado gracias, entre otros motivos, a la intervención de Salvador Peñafiel, médico republicano de Santomera, hermano de un importante dirigente de los sublevados y ganadores de la guerra, y amigo de los condenados. Salvador Peñafiel también hizo posible que otros condenados santomeranos estuvieran menos tiempo en prisión, entre ellos Julián Andúgar.
En la citada obra de Salvador García aparecen dos cuartetos, donde no queda claro si son de Joaquín, de Federico, o del mismo Salvador: Posiblemente sean de Joaquín. Quedo a la espera de poder contactar con el escritor ceheginero, al que hace muchos años conocí, y del que disfruto cada vez que lo leo y releo. Estos son los versos, seguramente inspirados en su estancia en prisión:
“Cómo avanza la sombra que presiento,
crece igual que un ladrido sin guarida,
invade los confines de mi vida
como un gusano enorme y soñoliento.
Noche propia, nacida sin aliento,
Honda aurora sin sol, ennegrecida
Por el hollín del odio fratricida;
Oh, carbón sin amor ni nacimiento.” (7)
Una vez indultado, estudia la carrera de Farmacia en Granada. Al ser una persona represaliada por el régimen franquista sufrió continuo acoso y desprecio por parte de los estudiantes de derechas que había en su facultad. El poco tiempo libre que le dejan los estudios lo dedica a escribir poesía, pasión secreta que compartía con su primo Julián Andúgar. Acabada la carrera, se establece en Molina de Segura, donde abre farmacia. De aquel tiempo en Molina quedan poemas como Recuerdo a la Jardinera y Ansias de Hijo, que aparecieron en revistas locales o en los Cuadernos Murcianos de Velasco (8). Recuerdo a la Jardinera fue escrita en recuerdo de la muerte de la vaca del padre de Julián Andúgar, ahogada en las inundaciones de septiembre de 1947, a la que también dedicó un poema Julián Andúgar (9), publicado en su obra Entre la piedra y Dios. Gente de Santomera que lo conoció, recuerda que albergaba la esperanza de irse a trabajar y vivir en Argentina.
RECUERDO A LA JARDINERA
(La vaca murciana más
Graciosa y noble)
La ´Hermosa´, la ´Dorá´, la ´Clavellina´;
tres mugidos de andar acompasado
babeando barbechos; con arado
raquítico en su frente coralina.
Escucha la ´Dorá´la voz divina
del hombre creador, justo y honrado;
con amor, a su cherro colorado,
peina el lomo la mansa ´Clavellina´.
En las tardes de abril, bajo la higuera
vieja, de verdes jóvenes vestida,
rumiando está la ´Hermosa´, y en sus ojos
aún va diciendo ¡adiós la ´Jardinera´,
la vaca que, sin brújula ni brida,
se fue en un mar de gritos y rastrojos.
En su poema Ansias de hijo expresa sus deseos de ser padre, algo que no consiguió por su prematura muerte a la edad de 33 años.
ANSIAS DE HIJO
Nacido para ti, raíz potente,
quiero llevar el grito de mi nombre
hasta tu tallo virgen, ser el hombre
que tu noble sangre haga simiente.
Ser de piedra, durísima pendiente
donde goces del vértigo y te asombre
el fluir de la savia, ser prohombre
en tus brazos, amor, rumor de fuente.
Ser el primer fluido de tu entraña
y la primera angustia en tu embarazo;
ser la sombra que duerma en tu cintura.
Yo, el halcón, que de la urbe huraña
tome el rayo que incendia tu regazo
de leche, de canción, de criatura.
Joaquín Marquina regentaba una de las tres farmacias que había en Molina de Segura, en la actual calle Mayor de Molina de Segura, muy cerca del lugar del crimen. En los cinco años que estuvo al frente de su farmacia cosechó muchas amistades y ejerció la caridad con las familias más necesitadas de Molina; nadie se iba de su farmacia sin medicamentos por no tener dinero para pagarlos. La rebotica de su farmacia era un lugar de tertulia clandestina para los que tenían su misma ideología. Dotado de una sabiduría enciclopédica era capaza de mantener una conversación sobre cualquier tema. Todo le interesaba, nada le era ajeno. Su espíritu infantil le hacía sentir curiosidad por todo.
La noticia del diario Línea con la que comenzábamos este trabajo seguía así:
“Recogida la víctima, fué trasladada urgentemente a la casa del médico forense, donde falleció diez minutos después.
Según los informes obtenidos del suceso; parece que el agresor padecía una ligera enfermedad mental. Aunque las causas del crimen fueran razones personales de carácter privado debió sufrir un acceso de enajenación en el momento en que realizó la agresión, por las circunstancias en que la cometió.
Intervino en el suceso la Guardia Civil; que instruyó las diligencias oportunas, haciéndose cargo de ellas la autoridad judicial correspondiente”
El cadáver del farmacéutico fue trasladado a Santomera, donde recibirá sepultura.
En el diario La Verdad de Murcia (10) sumaban a esta información que “don Joaquín Marquina se encontraba examinando los resultados de los partidos de fútbol… cuando el desconocido se abalanzó sobre él agrediéndole con una navaja en el cuello seccionándole la yugular”.
Poco después del asesinato, amigos y familiares de Marquina llegaron a Molina de Segura, al local donde se había instalado la capilla ardiente. Gente de todas las clases sociales acudió a despedirlo y llorarlo. En Molina cerraron muchos bares y cafés y se suspendieron espectáculos (11). Su hermano mayor, Antonio, fue el encargado de los trámites para el traslado de Joaquín a Santomera. El lunes siguiente al crimen se celebró en Molina un funeral con la iglesia parroquial abarrotada. La bandera del Círculo Cultural Recreativo, al que pertenecía Joaquín Marquina permaneció a media asta. En el diario La Verdad, después de destacar la gran labor de Marquina y el gran aprecio que se le tenía en la localidad, amén de su carácter alegre y bondadoso, siempre dispuesto a ayudar a los más necesitados, destacaba que los molinenses sufrían una pena que difícilmente borrarían los tiempos. Las voces de los testigos del crimen encontraron eco en el diario capitalino (12): “Los que fueron testigos de sus últimos momentos nos han narrado todos los detalles de la tragedia. El señor Marquina, luego de recibir la agresión inesperada, preguntó: ¿Quién es ese que me ha herido?, dirigiéndose al médico más próximo y llamándole con ansiedad. Al no encontrarse en casa el doctor a quien buscaba, corrió en busca del segundo, unos cien metros del lugar del suceso, siendo entonces cuando unos jóvenes le sostuvieron al verle derramar sangre. Cuando llegó a la puerta del segundo doctor y la hallaron cerrada, conociendo sin duda la gravedad de la herida, entonces dijo a los que le acompañaban: Llamad a un sacerdote. Al poco entró en un coma profundo y expiró poco después de administrarle el señor cura los santos óleos.
Llama la atención que en diario Línea aparezca en su primera noticia el nombre del agresor mientras que en La Verdad no lo hace en ninguna de las que dedica al crimen dos días seguidos. La noticia también apareció en varios periódicos de tirada nacional, como ABC de Madrid, bajo el titular “Un barbero, por celos, degüella a un farmacéutico”. Todas las noticias que parecen en la prensa dan como único móvil para el crimen los celos. En pleno franquismo, con una prensa afecta al régimen, es prácticamente imposible publicar algo que implique ideología política si el afectado es una persona de izquierda. Como veremos más adelante, los amigos, y la gente de Molina y Santomera si estaban convencidos de que a los celos había que sumarle connotaciones de tipo político e ideológico.
Salvador García Jiménez se queja, en La sangre desgranada de Federico García Lorca, de que después de que un Consejo de Guerra lo juzgara y condenara por hechos más heroicos, y de salvarse de un accidente de avión y una condena de muerte “le viene por la espalda un tipejo de mierda, enamorado de una de las muchas mujeres que escuchaban al poeta con la boca abierta y obra en la plaza mayor del pueblo un caño de sangre”. (13)
Andrés Meseguer, el asesino, alegando demencia, fue condenado a 12 años y un día de prisión. Los mismos a los que fue condenado Joaquín Marquina por actos más heroicos (14) y sin víctimas ni perjudicados en su haber.
En La historia de un crimen en Molina de Segura, Ramón Rodriguez Campillo, profesor jubilado del IES Táder de Molina de Segura, cuenta, tras recoger la tragedia de boca de los vecinos del pueblo, que Julián tenía una novia diez años menor que él, Antoñita Dólera, muy guapa y hermosa pero con poca formación, con la que pensaba casarse. Un problema en el ojo dañado en la guerra lo llevó al hospital, donde después de varios días perdió definitivamente el mismo. Desde entonces siempre llevaría gafas de sol. Ni la novia ni ningún familiar fueron a visitarlo, lo que motivó que Marquina rompiera definitivamente con ella (15).
El asesino, Andrés Meseguer, aprendiz en una barbería de Molina, un personaje con pocas luces y muy agresivo, estaba enamorado de Antoñita Dólera,aunque ella no le correspondía. A pesar del tiempo que hacía que Joaquín había roto con su antigua novia, los celos devoraban a Andrés Meseguer. Ese fue el principal motivo por el que cometió el asesinato, y así apareció en la prensa. Pero la gente de molina a la que he tenido la ocasión de entrevistar, así como hace bastante tiempo de Santomera, que el asesinato tuvo tintes políticos, ya que Joaquín era considerado comunista y su asesino de derechas, habiendo llegado a estar en la División Azul, dato que tengo pendiente de comprobar. Según Ramón Rodríguez (16) hay molinenses que apuntan que alguien lo utilizó llegando a decirle “que no tenía cojones si no lo mataba, dándole a entender que la novia que tanto le gustaba sería para él y en sus cortas luces se lo creyó”.
Panteón de la familia Marquina donde está enterrado Joaquín
Santiago Delgado, en Julián Andúgar. Pasión y expresión de un poeta, apunta que “Un oscuro asunto de faldas, en apariencia, aparece como causa; aunque para los comprometidos poetas de su tertulia (17), no es sino ajuste de cuentas político con quien demasiado se significa en los asuntos de reivindicación social”. Recuerda Delgado la frase de Julián Andúgar el cuerpo presente de Joaquín Marquina:
“¡Esto no podía pasar nada más que en Molina!”.
Culpando así a los molinenses, por su conservadurismo, de cómplices del crimen.
Joaquín Marquina fue enterrado en el panteón familiar, situado en la calle santa Eulalia del cementerio Parroquial de Santomera.
Panteón de la familia Marquina donde está enterrado Joaquín
Julián Andúgar, tras la muerte de su primo Joaquín le dedicó un soneto estremecedor en el que se nota la influencia de Miguel Hernández, uno de los preferidos por él y Marquina.
ENCUENTRO CON LA MUERTE
A mi primo Joaquín en su muerte, que nos cayó y se fue como un tiro.
Si con morir la muerte te doctora
en boticas para ángeles, amigo,
y Dios te enseña a formular el trigo
y a examinar su hermosa y rara flora,
que insospechados lirios en la aurora,
o qué especie de ciervos te persigo,
aún sin nombre en los libros, sin abrigo
de familia que tú no entiendas ahora.
No puede ser: la muerte por un lado
te secuestra las ganas de acordarte
de tu novia y tus libros y tu casa.
Por otro, empuja Dios tu exagerado
y desmedido afán de superarte
y consiguen que pase lo que pasa.
Por motivos que desconozco, desde la muerte de Joaquín Marquina hasta su muerte, Julián Andúgar estuvo llevando todos los años 13 rosas rojas al cementerio de Santomera, colocándolas sobre la parte superior de la tumba, en homenaje a las trece mujeres condenadas a muerte y fusiladas al acabar la guerra civil, conocidas popularmente como las Trece Rosas.
LA OBRA POÉTICA DE JOAQUÍN MARQUINA
Como decía anteriormente, según Francisco Cánovas, Joaquín Marquina publicó poca obra, apenas unos poemas en la colección Cuadernos Murcianos, de Velasco y en otras revistas del mundo literario. Su muerte evitó que viviera el gozo de ver publicado un poemario suyo.
Salvador García, en la obra que ya hemos citado varias veces, confirma las palabras de Cánovas: “Los poemas de este Saint-Exupéry murciano, a excepción de cuatro o cinco sonetos publicados en revistas provincianas, se guardan aún inéditos en una caja de puros”.
Una investigación, llevada a cabo junto al santomerano Vicente Blas López, sobre la vida y obra de Julián Andúgar, nos ha puesto sobre la pista de lo que pudo ocurrir con esos poemas. En la correspondencia entre Julián Andúgar y Manuel Molina, poeta oriolano, nacido el mismo año que Julián, gran amigo suyo, y que hizo posible la publicación del primer poemario de nuestro vate, Entre la piedra y Dios, en ediciones Ifach, podemos leer que el primer poemario de Joaquín estaba entre las próximas publicaciones de la editorial alicantina. En carta dirigida por Julián Andúgar a Manuel Molina, en 1953 (18) (solo especifica el día, no el mes) podemos leer lo siguiente:
“Amigo Manolo: Después de mi regreso de Madridte pongo estas letras para comunicarte que todo ha salido bien a D.G.
He visto en la solapa del libro de Ramón Garciasol (19) que el libro de mi primoestá en turno para publicar.
Su hermano Antonio hace unos días me hizo referencia a tu carta a él.
De esto ya hablaremos nosotros en una próxima visita a ésa. Creo que os seguirá conviniendo, como acordamos, que se publique por vuestra cuenta; desde luego, la venta de unos 200 ejemplares es casi segura.
De este modo os podréis beneficiarmucho más y también le evitáis a mis familiares preocupaciones en asuntos tan poco conocido para ellos.
Espérame un día de estos,
Mientras tanto te abraza tu amigo J, Andúgar”
Como vemos el libro estuvo a punto de publicarse, menos de un año después de la muerte del poeta y farmacéutico. ¿Qué paso, finalmente, para que el primer poemario de Joaquín no acabara viendo la luz a pesar de estar anunciada su publicación? Problemas en el seno de la editora de la Colección Ifach. Problemas que llevaron a la desaparición de la Colección Ifach como consecuencia de la creciente tensión entre el director y sus socios, de tal manera que Manuel Molina, el amigo de Julián abandona la editorial poco después de la carta de Julián. Los libros anunciados como próximas publicaciones, de Cela, Jorge Campos, Manuel Girón, Joaquín Marquina, Heyman y Juan José este no llegaron a ver la luz (20).
¿Qué pasó con los poemas que iban a ser publicados? ¿Los tienen todavía los que se quedaron con todo el material de la colección? ¿Son los que nos dice salvador García que están guardados en una caja de puros? Lo que sí sabemos es que uno de los sobrinos de Joaquín Marquina, Luis Abellán, hijo de su hermana María de los Ángeles, guarda una colección de poemas inéditos sin publicar de su tío, algo que nos confirmó en el acto de encuentro con Paco López Mengual como colofón de la actividad Cien santomeranos leen un libro, El mapa de un crimen, versión del asesinato de Joaquin, a la que asistió. Si alguna vez es posible comparar los poemas que guarda Luis Abellán con los que estaban en manos de la editorial alicantina, saldremos de dudas.
EL CRIMEN DE JOAQUÍN MARQUINA EN LA LITERATURA MURCIANA
El escritor molinense Paco López Mengual, que desde su infancia estaba obsesionado con el crimen de Molina, se basó en el mismo para escribir una novela genial El mapa de un crimen (21). La primera vez que la novela vio la luz estaba titulada como El vuelo del mosca (22), clara referencia a la experiencia como piloto de Joaquín Marquina en la guerra civil. Utilizando hechos reales y fabulando, cambiando los nombres de los protagonistas (Marquina es Maqueda en la novela), López Mengual nos ofrece una novela sobre el lado oscuro de la España de posguerra , donde supersticones, secretos, odios y rencillas giran alrededor de un triángulo amoroso. La novela atrapa desde el primer momento y es difícil dejarla. Debería ser lectura obligatoria en los centros de enseñanza secundaria de Molina de Segura y Santomera, y lectura aconsejada para los habitantes de esos municipios y cualquier amante de la buena literatura. En Santomera tuvimos la suerte de ser más de doscientas las personas que leímos El mapa de un crimen y disfrutar, después de un encuentro con el autor, colofón de la actividad, de las palabras del autor, que nos dejó embelesados, pues habla como escribe.
Si El mapa de un crimen ha dejado, sigue dejando, huella entre sus lectores, con un poco de suerte los poemas de Joaquín Marquina llegaran a nuestras manos. En el encuentro con Paco López Mengual en Santomera, obtuvimos el compromiso de su sobrino Luis Abellán de poner a nuestra disposición los poemas que guarda de su tío, con la intención de que fueran publicados y los disfrutaran los amantes de la poesía. Tras unos años en el olvido el proyecto, hace unos meses visité a Paco López Mengual en la mercería de Molina que regenta. El objetivo de la visita: publicar los poemas que Luis guarda en casa, en “una caja de puros”, en su editorial, La Fea Burguesía. A Paco López le entusiasmó la idea y se mostró dispuesto a hacerla realidad. También dio el visto bueno a la publicación de la obra completa de Julián Andúgar. Quedamos en entablar conversaciones sobre las dos publicaciones con la Concejalía de Cultura de Santomera y volver a vernos para intentar hacer realidad el proyecto. Como tantas cosas, el dichoso coronavirus ha frenado la iniciativa. Seguiremos intentándolo.
EN MOLINA NO LO OLVIDAN
El mapa de un crimen posiblemente sea el libro más leído por los molinenses en toda la vida. Paco López Mengual ha hecho acto de presencia en numerosos clubes de lectura, asociaciones y centros de enseñanza para tener encuentros con multitud de personas que han leído su novela. La aparición de la obra en edición de bolsillo hizo que esta llegara a muchos lectores. En Portugal, en la primera traducción de la novela, también pudieron disfrutarlo.
Que el asesinato de Marquina aún permanece en la memoria lo demuestran hechos como el que tuve ocasión de conocer el 17 de noviembre de 2006, al leer el diario La Opinión de ese día, en la sección de Cartas a la Directora, dirigida a la misma por Leandro Vicente Antonio:
La misma carta aparecía en el diario La Verdad de Murcia, casi un año después (23) después. Antes de leer esta carta, siempre que paseaba por la Gran Vía, cuando iba de compras, a algún acto cultural o simplemente a pasear, sentado ante Hacienda, en los portales de Cajamurcia, o en algún lugar de la acera entre ellas, un viejo con barba blanca, entre cartones llamaba mi atención. Poco después de la aparición de la carta en la prensa, este Conde de Montecristo dejó de hacer acto de presencia en la calle principal de Murcia. ¿Será cierta esta historia? ¿Es Leandro Vicente otro molinense obsesionado con el crimen y la figura de Marquina?
Marquina, Maqueda, Marquiola… Joaquín aún sigue vivo en Molina de segura. En nuestro pueblo lo estamos intentando. Si hay suerte, y ganas, no tardaremos en disfrutar de los poemas del Saint-Exupéry murciano, el Principito de Santomera.
El ayuntamiento de Molina organiza una actividad, consistente en un recorrido por el casco urbano de la población, con paradas en lugares donde ocurrieron hechos importantes de su historia. El guía y autor del recorrido, Paco López Mengual, con la gracia y dotes de comunicación es el encargado de contar lo que pasó en cada uno de ellos. Una de las paradas es en el lugar donde Joaquín Marquina fue asesinado. Todavía, en Molina de Segura, las abuelas cuentan el crimen del boticario para atraer la atención de sus nietos, como hacía la madre de Paco López Mengual con él.
Joaquín Marquina tiene una calle en Santomera, en una fila de dúplex cercana al Cuartel de la Guardia Civil, en la urbanización Monte de las Brujas. Aún recuerdo cuando me dirigí al alcalde de Santomera solicitando que se recordara a Joaquín Marquina y al escultor Antonio Garrigós, también nacido en Santomera. Lapropuesta fue bien acogida y los dos tuvieron calle en el pueblo.
¿POR QUÉ EL PRINCIPITO Y EL MAPA DE UN CRIMEN?
Por hacer mías las palabras de Salvador García cuando lo llama el Antoine de Saint-Exupéry (24) murciano, piloto accidentado como Joaquín y autor del mítico libro de prosa poética El Principito: por ser Joaquíncomo el protagonista de la obra del francés: imaginativo, creativo, de mirada infantil y tierna, por su carácter jovial y alegre, por rendir culto a la amistad, por ser un apasionado de lo bello de la vida, por producir la sensación de estar un poco más allá, alejado de la realidad de cada día, por apartar las cosas ingratas de su horizonte, por entender la vida como puro poema, por demostrar que la vida sin poesía no es vida (25). Por todo eso, por todo ello, Joaquín Marquina el Principito de Santomera.
¿Por qué El mapa de un crimen? Muy sencillo: como homenaje a Paco López Mengual que trazó las coordenadas que todo mapa debe tener para ser inteligible y me permitieron interesarme más de lo que estaba en la vida de Marquina, y así poder dibujar mi propio mapa de la vida y obra de Joaquín Marquina. A la espera de noticias sobre Joaquín, sueño con tener sus poemas entre mis manos.
REFERENCIAS
LÍNEA: 13/5/1952 Página 3
CÁNOVAS CANDEL, Francisco: Joaquín Marquina Jiménez, farmacéutico y poeta. La Calle de Santomera. Nº 53. Página 48.
RODRÍGUEZ CAMPILLO, Ramón: La historia de un crimen en Molina de Segura. Blog del Departamento de Historia del IES Vega del Táder de Molina de Segura.
GARCÍA JIMÉNEZ, Salvador: La sangre desgranada de Federico García Lorca (1898-1998). Ediciones Osuna. Armilla (Granada), 1998. Páginas 109 a 118.
GARCÍA JIMÉNEZ,Salvador: La sangre desgranada de Federico García Lorca. Ediciones Osuna. Armilla (Granada, 1998.) Página 115.
TALLER DE MEMORIA HISTÓRICA DE SANTOMERA: Listado de víctimas de la violencia política franquista y nazi naturales o residentes en Santomera (1936-1948). Santomera (Murcia), 2020.
GARCÍA JIMÉNEZ, Salvador: La sangre desgranada de Federico García Lorca. Ediciones Osuna. Armilla (Granada), 1998. Página 116.
CÁNOVAS CANDEL, Francisco: Joaquín Marquina Jiménez, farmacéutico y poeta. Revista La Calle de Santomer, Nº 53. Página 49.
ANDÚGAR RUIZ, Julián: Entre la piedra y Dios. Colección Ifach. Alicante, 1949. Páginas 65 y 66.
LA VERDAD DEMURCIA: 13 de mayo de 1952. Página 1.
RODRÍGUEZ CAMPILLO, Ramón: La historia de un crimen en Molina de Segura. Blog del departamento de Historia del IES Vega del Táder de Molina de Segura.
LA VERDAD DE MURCIA: 14 de Mayo de 1952. Página 8.
GARCÍA JIMÉNEZ, Salvador: La sangre desgranada de Federico García Lorca. Ediciones Osuna, Armilla (Granada), 1998. Página 118.
GARCÍA JIMÉNEZ, Salvador: La sangre desgranada de Federico García Lorca. Ediciones Osuna, Armilla (Granada), 1998. Página 117.
RODRÍGUEZ CAMPILLO, Ramón: La historia de un crimen en Molina de Segura. Blog del IES Vega del Táder de Molina de Segura.
RODRÍGUEZ CAMPILLO, Ramón: La historia de un crimen en Molina de Segura. Blog del IES Vega del Táder de Molina de Segura.
DELGADO, Santiago: Julián Andúgar. Pasión y expresión de un poeta. Academia Alfonso X el Sabio. Murcia, 1987. Página 47.ç
ANDÚGAR RUIZ, Julián: Correspondencia con Manuel Molina. A. Fundación Manuel Molina. Alicante. Carta número 17.
El libro de Garciasol al que hace referencia Julián es Palabras mayores, publicado por Colección Ifach en 1952.
ALONSO, Cecilio: Semblanza de Colección Ifach (1949-1954). Biblioteca virtual Miguel Cervantes – Portal Editores y Editoriales Iberoamericanos (Siglos XIX-XXI). EDIRED. 2017.
LÓPEZ MENGUAL, Francisco: El mapa de un crimen. Editorial Maeva. Madrid, 2009.
LÓPEZ MENGUAL, Francisco: El vuelo del Mosca. Editora Regional, Murcia, 2007.
LA VERDAD DEMURCIA: 27 de octubre de 2007.
GARCÍA JIMÉNEZ, Salvador: La sangre desgranada de Federico García Lorca. Ediciones Osuna, Armilla (Granada), 1998. Página 118.
CÁNOVAS CANDEL, Francisco: Joaquín Marquina, farmacéutico y poeta. Revista La Calle de Santomera, Nº 53. Página 48.
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