El 2 de abril de 1805 nacía, en Odense (Dinamarca), Hans Christian Andersen, famoso por sus cuentos para niños, lo que ha hecho que para la fecha de celebración del Día Internacional del Libro Infantil, 2 de abril, se haya elegido ese día para conmemorarlo. También destacó por sus libros de poemas, novelas y obras de teatro. Sus cuentos de hadas son los más famosos de su producción: El patito feo, El soldadito de plomo, El sastrecillo valiente, Las Zapatillas rojas, El traje nuevo del emperador…, y muchos otros, seguro que han pasado por nuestras manos o por las de nuestros hijos. Se convierte en el primer gran clásico de la literatura infantil (1).
Después de viajar por varios países de Europa, a los 58 años de edad va ver cumplido su deseo de viajar por España, lo que hará en 1862. El 4 de septiembre de 1862 Hans Christian Andersen atravesó la frontera franco-española por La Junquera (2). A partir de ahí, y comenzando por Barcelona, pasará por Valencia, Murcia, Andalucía, Castilla-León, Castilla la Mancha y Murcia, Viajará en carruajes y en barco. El 23 de diciembre de 1862 vuelve a Dinamarca, haciéndola desde san Sebastián y atravesando el puente de Behobia. Le gustó tanto Málaga que expresó su deseo de ser enterrado allí si moría, deseo que no llegó a cumplirse, ya que murió en Copenhage
A Murcia se desplaza el escritor danés desde Valencia, renunciando a hacer el viaje en barco hasta Cartagena para hacerlo por tierra, “la cual nos habían descrito como una ciudad de lo más interesante, donde encontraríamos vestigios árabes, veríamos gitanos y también los atuendos más pintorescos de España” (2). Viaja acompañado por Jonas Collin, en el mes de octubre, cuando se está construyendo la nueva carretera entre Murcia y Orihuela, que trazará una línea recta entre La Aparecida y Santomera, con lo que el camino Real, por el que él pasó en esta ocasión dejará de ser utilizado un año después.
El Camino Real, entre Murcia y Orihuela, no pasaba por Santomera ni Siscar, que quedaban un kilómetro más al sur, e iba bordeando la Sierra de Orihuela, pasando por La Aparecida, Raiguero de Poniente, Barrio de la Venta del Corregidor y Los Mauricios, para desde allí continuar por el actual campo de fútbol de Santomera y pasar por encima del cementerio hasta seguir para Murcia entre el cabezo del jaro y lo que hoy es el barrio de la Inmaculada. Ese itinerario era el seguido desde la Edad Media para evitar las continuas inundaciones de la huerta motivadas por el río Segura. Fue el utilizado por Andersen y Collin, ya que la nueva, que luego sería la N-340, carretera, aún no estaba terminada. Para ir desde Santomera a Orihuela se enlazaba con el camino real por el camino de las Pardas, llamado también de la Mina, haciéndolo en la Venta del Corregidor, que se había construido para atender a los viajeros de esa ruta; para ir a Murcia se llegaba a camino viejo subiendo por el que iba desde Santomera a Las Peñicas por la Cuesta del Sequero. En Siscar viajaban a esas dos ciudades llegando por el camino que iba desde la ermita hasta la venta del Corregidor, desaparecida al inaugurarse la nueva y recta carretera y comenzar a funcionar una nueva venta en la población de Santomera, en lo que hasta hace poco era el Bar Diego. Andersen, por lo tanto, no pasa por los dos principales núcleos de población, lo hace más al norte. Antes que él, y por el mismo Camino Viejo, lo habían hecho viajeros famosos que dieron nota de su aventura en libros de viaje, como Juan Peyrón, historiador y diplomático francés; E.F. Lantier, militar francés; Alexandre Laborde, hijo de un banquero español; Henry D. Inglis, escocés de Edimburgo; Emile Auguste Begin, médico e historiador francés; y a A. Germond de Lavigne, viajero francés. De todos ellos daré noticia en un próximo trabajo sobre viajeros extranjeros que pasaron por Santomera. Después de Andersen, ya por la carrtera nueva, pasarán, entre otros Albert Robida, francés, dibujante, escritor de novelas futuristas y periodista, que pernoctará en la venta de Santomera; H.B. Graham Bellingham, inglés; F.H. Deverell, también inglés; y varios más de los que daré algunas notas en el futuro trabajo, casi finalizado, citado anteriormente.
Hans Christian Andersen nos deja constancia de su paso por nuestro municipio, acompañado por Jonas Collin, en su obra “I Spanien” (En España), publicada en Londres en 1864. Han hecho noche en Orihuela y se desplazan desde esta ciudad a Murcia en diligencia. Le llama la atención las peladas colinas de las sierras del camino (Sierra de Orihuela), el infame estado del camino por el que viajan, de la nueva que se está construyendo por la que se esperaba que viajara la reina Isabel II y de las colinas deslumbrantes llenas de rojos pimientos (Cabezos de la Mina, Jaro y Balumba). Aunque es octubre, demuestra su origen norteño y se queja de la temperatura. Así describe su paso entre Orihuela y Santomera:
“Las peladas y oscuras colinas parecían alejarse más y más en el horizonte. Entramos en el carruaje y nos pusimos en marcha. La carretera era –si tal fuera posible- incluso peor que las que habíamos conocido hasta el presente. Tropezábamos con bache tras bache; sin transición pasábamos de lo cóncavo a lo convexo, de las roderas a los montículos. No nos reconfortaba el hecho de que, a poca distancia, estaban haciendo una buena carretera que entraría en servicio dentro de pocas semanas, La reina de España se encontraba por aquellos días en Sevilla: estaba visitando por primera vez las provincias del sur de su país. Puesto que se la esperaba en Murcia, las autoridades estaban ansiosas de que su Majestad encontrase buenas carreteras y estaban esforzándose en mejorarlas… Los campos estaban cubiertos de cactus gigantescos llenos de frutas amarillo-rojizas y por las colinas cercanas los deslumbrantes pimientos rojos, las cáscaras de intenso color, extendidas al sol para secarse. Alrededor de 200 hombres trabajaban en la nueva carretera. Nos sentamos y aspiramos con ansiedad, suspirando por un poco de agua. Nos la ofrecieron en una gran vasija de arcilla que tenían a la sombra de los cactus. El agua estaba un tanto caliente y sabía mal. Los rayos de sol nos sometían a un continuo baño caliente: La verdad, parecía como si nos estuviesen hirviendo”. (3)
Por donde pasa de nuestro municipio no es tierra de regadío, es secano puro, y entrará en contacto con la huerta poco antes de llegar a Monteagudo, quedando maravillado de la exuberancia del paisaje que se presenta ante él, pero lo que se va a encontrar en la ciudad queda fuera del ámbito de este trabajo. Para conocer las impresiones de los viajeros extranjeros que pasaron por el viejo reino de Murcia es imprescindible echar mano de la obra monumental de Cristina Torres- Fontes Suárez “Viajes de extranjeros por el Reino de Murcia” una delicia altamente recomendable. Quede este pequeño trabajo como homenaje en este 2 de abril, a Hans Christian Andersen. Que tanto nos ilusionó en nuestra infancia y lo sigue haciendo con los tiernos, y no tan tiernos, infantes de ahora.
(1 y 2) PÁRAMO, Pedro. Boletín nº 20. Sociedades Geográficas (3) TORRES-FONTES SUÁREZ, Cristina. Viajes de extranjeros por el Reino de Murcia. Edición de la Asamblea Regional. Consejería de Política Territorial y Obras Públicas. Murcia, 1989.
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR